Asia: Hong Kong, Ishigaki y Naha

Como se volvió un destino muy popular, el gobierno tuvo que comenzar a limitar la cantidad de personas que puede llegar de visita: Borácay es la favorita por un motivo. White Beach hace referencia a la característica más famosa de este pequeña isla, con arena que es tan pálida que prácticamente parece azúcar. Por lo general, el agua es cristalina, cálida y tentadora, ideal para nadar. Un poco más arriba de la línea costera, puedes encontrar restaurantes que satisfarán cualquier paladar así como vida nocturna imperdible. Después de relajarte en la playa, recorre los mercados al aire libre o camina por la vegetación de la isla.

Puerto Princesa está llena de historia, naturaleza, buena comida y playas relajantes. Para los amantes de la historia, hay varios sitios históricos y museos de la Segunda Guerra Mundial para recorrer. Si tienes un espíritu aventurero, echa un vistazo al río subterráneo, un lugar declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO, o infórmate sobre la vida silvestre un poco más cerca del puerto. También puedes conocer acerca de la dedicación de la ciudad a la conservación del medioambiente. Un restaurante incipiente y una escena de vida nocturna hacen que pasar el día en la ciudad sea todo un placer.

La ciudad de Corón está situada en la región oriental de la isla Busuanga y es un lugar ideal para descubrir la impresionante belleza natural de las islas de Calamianes. Las principales atracciones de Busuanga son las aguas termales y el buceo entre los barcos japoneses naufragados durante la Segunda Guerra Mundial en las aguas poco profundas que rodean la isla. Si buscas relajación de verdad, las pintorescas playas situadas entre los acantilados de piedra caliza de las islas cercanas te harán sentir que estás en otro mundo. Para disfrutar de un paraíso como ningún otro, viaja a la isla de Corón, donde hay lagos mixtos de agua dulce y salada entre montañas vírgenes y acantilados escarpados que se desprenden del mar.

Esta antigua colonia británica está llena de rascacielos modernos, tradiciones antiguas y una gastronomía increíble. El paraíso para los compradores: las tiendas y mercados locales tienen todo lo que te imagines, desde seda y joyas hasta artículos electrónicos. Desde el punto más alto de la ciudad, el Pico Victoria, se puede disfrutar de una vista impresionante de esta ciudad espectacular. Puedes recorrer el templo y las tiendas de antigüedades de Hollywood Road o disfrutar de un paseo en barco por la hermosa bahía. Como la capital culinaria de Asia, sin duda podrás cumplir todos tus deseos gastronómicos.

Esta antigua colonia británica está llena de rascacielos modernos, tradiciones antiguas y una gastronomía increíble. El paraíso para los compradores: las tiendas y mercados locales tienen todo lo que te imagines, desde seda y joyas hasta artículos electrónicos. Desde el punto más alto de la ciudad, el Pico Victoria, se puede disfrutar de una vista impresionante de esta ciudad espectacular. Puedes recorrer el templo y las tiendas de antigüedades de Hollywood Road o disfrutar de un paseo en barco por la hermosa bahía. Como la capital culinaria de Asia, sin duda podrás cumplir todos tus deseos gastronómicos.

Taiwán fue colonizado por los holandeses en el siglo 17 y estuvo bajo el mando de Japón entre 1895 y 1945, ambas culturas dejaron un gran legado arquitectónico. Toma un café en el ex Consulado Británico, un edificio característico con vista a la bahía. Los amantes del arte pueden disfrutar las esculturas contemporáneas al aire libre en el Parque de Esculturas del Museo de Bellas Artes de Kaohsiung. Si buscas una experiencia espiritual, te recomendamos visitar el Centro del Monumento a Buda Fo Guang Shan, que tiene el buda sentado más grande del mundo.

Puerta de entrada a la costa oriental de Taiwán, Hualien es una frenética ciudad repleta de buena comida, una arquitectura majestuosa y hermosos espacios verdes. Haz un tour por los templos antiguos y los nuevos, pasea por el centro de la ciudad o prueba los sabores de Taiwán en uno de los tantos restaurantes o mercados. Si lo que buscas es belleza natural, la encontrarás justo en la costa. Visita el Parque Nacional Taroko, donde el río Liwu talló una espectacular garganta con colinas que emergen a ambos lados.

La perfección del Pacífico te espera en Miyakojima, en la prefectura de Okinawa. Esta paradisíaca isla japonesa es conocida por su belleza natural y su vibrante cultura local. El cabo oriental es un lugar de gran belleza paisajística reconocido a nivel nacional con una vista espectacular del océano que lo rodea. Visita las playas de Sunayama o Aragusuku para tomar sol y practicar buceo de superficie. Una visita a las aguas termales de Shigira te ayudará a relajarte o puedes recorrer el extenso puente de Ikema y disfrutar de un paseo panorámico por las hermosas aguas azules.

Disfruta del paisaje campestre, los monumentos por la Segunda Guerra Mundial, las magníficas cuevas de piedra caliza y una aldea Ryukyu reconstruida donde se exhiben el patrimonio y las artesanías de la isla. Llévate a casa una exquisita tela Bingata, papel hecho a mano, coloridas cerámicas tsuboya-yaki y otros objetos artesanales. También encontrarás comidas que se adaptan a todos los gustos, ya que la gastronomía tradicional de Okinawa recibe la influencia de la cocina china y del sudeste asiático.

Descubre las exuberantes montañas, las hermosas playas y los magníficos arrecifes de coral de esta remota y pintoresca isla desde los miradores de la isla. Echa un vistazo al bosque de palmeras autóctonas y a las tumbas chinas espléndidamente ornamentadas. Viaja hasta la aislada Irimote para recorrer las densas junglas y manglares de la isla o bien disfruta de practicar buceo de superficie entre hermosos arrecifes de coral. De regreso en Ishigaki, busca textiles locales, cerámicas, artesanías y perlas negras, y disfruta de las especialidades locales hechas con carne en los restaurantes de la ciudad.

La capital de esta isla fascinante, conocida alguna vez como Formosa ("isla hermosa" en portugués), tiene una rica historia aborigen, colonial y política. Hazte una foto en el templo Mengjia Longshang, vistosamente decorado con motivos de dragones, o aprovecha para capturar el cambio de guardia en el Monumento a Chiang Kai-Shek, un sitio que no te puedes perder. Sube al mirador en el piso 91 del Taipéi 101 y contempla la ciudad con vistas de 360 grados. Cuando termine la sesión de "selfies" y fotos panorámicas, recorre las tiendas en busca de los típicos objetos laqueados, sedas y obras de arte taiwanesas.